Una sacerdotisa en prácticas bajo la protección de la princesa. Una huérfana abandonado en un bosque misterioso. Y... Freya, que ve las emociones de los demás en colores. Las emociones positivas aparecen en tonos dorados, mientras que las negativas se manifiestan en negro. Su misteriosa habilidad sigue siendo un secreto que sólo ella conoce. Durante su peregrinaje para convertirse en sacerdotisa, Freya se despertó en la cama de un hombre extraño. «¿Quién... eres tú?» El hombre, Aran, la miraba con ojos rojos y brillantes, en un tono amenazador. Aran era idéntico al héroe del mural que ella había visto y admirado desde niña, incluso compartía el mismo nombre. Sin embargo, no podía ver los colores de sus emociones. Al principio, pensó que era sólo un sueño, que había estado teniendo sueños extraños repetidamente. Pero ahora... ya no parece un sueño. ¿Quién es ese hombre? ¿Y por qué sigue acudiendo a él en sus sueños? ¿Por qué parece tratarse de «ella»?